Una de cal y otra de arena: Jéssica cumplía esta semana seis meses con su novia pero muy a pesar suyo no ha podido celebrarlo superando la nominación. Era la semana dedicada a vencer la timidez y, francamente, Jéssica tenía todos los puntos para no superarla, sobre todo teniendo en cuenta que en el cara a cara, ese apartado de Supermodelo en el que las dos nominadas se ponen de vuelta y media, Jéssica, en vez de defenderse, admitió que ella misma votaría a su rival para quedarse. «Porque yo a Marta la veía en el Elite Model Look», le confesó a Judith Mascó una vez sabido el veredicto. Quizá no dé el perfil de top model que el programa buscaba, pero hay que reconocer que, como concursante, Jéssica ha sido la más auténtica. ¡Por algo se ha ido sin dejar un reguero de enemistades! Pasó de meterse en peleas, evitó los malos rollos y se dedicó a poner sentido común y cordura, y a intentar disfrutar del concurso -algo imposible con la de broncas y sermones que les meten los profesores a las chicas-. Sabía donde se metía pero las cámaras pudieron con ella: «Me llevo de aquí a todas mis compañeras, las quiero un montón a todas y les digo que sean más valientes de lo que he sido yo y que digan las cosas a la cara». Jéssica ha conseguido que su condición sexual se viera con total normalidad en el concurso y por ello estaba orgullosa y contenta: «Todo esto me ha servido para reafirmarme que puedo ser yo misma siempre», afirmó apenada de dejar a sus compis. ¡Te echaremos de menos!
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