Ahí va el resumen del capítulo 9 que, todo hay que decirlo, esta vez ha estado un poco más flojito que de costumbre:

Mónica y Nines se han pegado una noche de esas salvajes de sexo, sexo y más sexo, -por fin las vemos dándose el lote- pero, para no faltar a la costumbre, tras la «tempestad»… ¡Nines se tiene que ir pitando! ¿Se le están quemando las tostadas? ¿Llega tarde al trabajo? ¿La estará persiguiendo alguna ex vengativa? ¡No! Tiene una cita con su terapeuta y sí, su terapia es ¡con CARMEN! Por eso se pasa un buen rato en el baño acicalándose: «¿Voy muy informal?», le pregunta nerviosa a Mónica «Que sí. Que vas a ver a Carmen no a la entrega de los Goya», le suelta Mónica psycho que sigue sin pillar nada. Ana entra en el baño interrumpiendo -para alegría de Nines- el sobeteo al que la está sometiendo Mónica quien se rinde finalmente y desaparece de la escena. Ana está, como siempre, flotando en las nubes pero ella sí que ha pillado que Nines se está arreglando para ver a una chica… En fin, el caso es que Ana está mosca porque cree que Yo-Yo, la mensajera con la que ya se ha acostado, finge sus orgasmos. Por suerte, la voz de la experiencia de Nines le da un consejo que fijo pondrá en práctica en el próximo capítulo: «Mírale los dedos de los pies. Se tensan. Ahí no se puede fingir», le dice. Pero Ana no se queda muy convencida…

Mientras, Mónica acude a firmar el contrato con su nueva pupila, la judoka Victoria. Y lo hace a lo grande en la federación de judo, que se ha propuesto -cual Tonya esponsorizando su boda con Dana Fairbanks- hacer que el judo lo siga todo el mundo por la tele y convertir a Victoria en una estrella de los mass media, cuando esté despierta, se entiende.

En la terapia con su nueva psicóloga, Nines se está inventando tales trolas que hasta Carmen se lo está pasando bomba. Pero Nines vuelve a pasar al ataque: «Estás tensa», le dice mientras se le acerca por la espalda y empieza a acariciarle los hombros, «¿Quieres que te dé un masaje?». «Nines, no te confundas conmigo», responde Carmen. Nines se pone en plan chica buena y le asegura a Carmen que no quiere ligar con ella, que lo del beso fue un impulso, que no se crea que es tan guapa -y menos sin maquillar- y que ella tiene un trastorno emocional y todas esas cosas las hace por llamar la atención. «¿Y por qué no te pones a bailar la polka?», le suelta Carmen que no duda en preguntarle por lo suyo con Mónica: «Deberías tener en cuenta sus sentimientos y no ser una egoísta cobarde», le aconseja a Nines. Entonces llega el ex de Carmen y Nines se marcha, no sin antes decirle a Carmen que la encuentra muy guapa. La miradita que se pegan la una a la otra… ¡no tiene desperdicio!…