Ahí va el resumen del capítulo 10:
En casa de Mónica, ya vamos viendo el por qué de ese mote de Psycho… Mónica está en plena crisis y esta vez no es por Nines. Cuando Carmen entra y la ve intentando ahogar en pollo en vez de rehogarlo empieza a sospechar que algo pasa. Mónica está super presionada con lo del contrato que acaba de firmar con la federación de judo para entrenar a Victoria. Sabe que hay mucho dinero en juego, que tiene una gran responsabilidad y que ella es una perdedora. Y claro, ante un reto semejante… ¡se ha hundido! En tres segundos ya tenemos un brote psycho, esquizo o como queráis llamarlo, en toda regla. Menos mal que tiene a una psiquiatra como amiga, porque en la siguiente escena Mónica está feliz, contenta, relajaaaaada ¡y todo gracias a las efectivas pastillas que le ha enchufado Carmen!
Nines está decidida a romper con Mónica pero, como es una rajada, quiere que sea Mónica la que rompa con ella, así que para ponérselo más fácil ha optado por hacer una lista de todas las cosas que a Mónica Psycho la sacan de quicio y llevarlas a la práctica. Al principio la lista está super vacía -prueba de que Nines por muy novia oficial que sea de Mónica no la conoce en absoluto- . Suerte que la perspicacia de Anna, que se ha plantado en el CBC para quejarse de que eso de ser lesbiana se le da fatal, está en su mayor apogeo: Ana sabe todas y cada una de las cosas que a Mónica la cabrean: los ruiditos, el desorden, que no la escuches cuando te habla, dejarse las persianas abiertas… hasta lo de llevar un calcetín de cada color le molesta. ¡Con lo bien que va Ana con su pie derecho más abrigadito que el izquierdo en invierno! Nines ya tiene un nuevo plan y ahora toca ponerlo en práctica.
Carmen está cenando con su ex mientras vigila a Mónica en su nueva fase «estoy en la luna de valencia». Con una cara de embobada que no tiene precio: «¿No se te ha ido un poco la mano con las pastillas?» le pregunta x a carmen «¿Ya me estás cuestionando?», salta Carmen a la defensiva, «Mónica estaba mal y la química está para eso. Auque no sé… a lo mejor lo que tú prefieres es el electroshock», le suelta cabreada. Mientras Mónica le da al tarro y cree que ha sido demasiado tremendista. De repente empieza a ver el vaso lleno y decide empezar a vivir como la nueva Mónica, la que tiene una vida ante ella que no sólo le sonríe sino que se parte de la risa. «Esto es un cambio a mejor. Es ¡el cambio!», se dice a sí misma. Cuando por fin llega Nines, Mónica está flipando con el futuro que tiene a ella y Nines flipa viendo a Carmen con su ex… Pero Ana, con una de sus ataques de sinceridad calma el ambiente «¡Anda! ¿Éste es tu novio? ¿El que le pillaste poniéndote los cuernos justo el día que os ibais a vivir juntos y te emborrachaste un montón con Nines? ¿Y que luego te mandó flores pero dijiste que nunca más volverías con ese cabrón hijo de puta mentiroso y que luego sí que volvisteis? Yo soy Ana», se presenta. Y claro, a Carmen y a su ex no les queda más remedio que irse.
Y por la noche llega la hora de que Nines ponga de los nervios a Mónica siguiendo uno a uno los pasos de su lista. Pero con la nueva Mónica, no lo consige…
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