Lo prometido es deuda. Empezamos con los resúmenes de nuestras aventurillas en Vancouver viviendo «The L Word» a tope e investigando cualquier cosa que tuviera que ver con nuestras chicas. Obviamente después de pasar tres días de ensueño en Vancouver en plan tourist -o sea recorriendo Stanley Park en bici, saliendo de marcha por el barrio gay, visitando Second Beach, perdiéndonos en el gastown, y recorriendo Robson y Granville Street arriba y abajo-decidimos coger el toro por los cuernos y plantarnos en los estudios de la serie. Habíamos visto alguna foto pero no sabíamos si aún estaba donde debía.  ¿Y si para la sexta temporada se habían mudado? Pero… ¡para nada! Nos bastó con seguir la calle Manitoba hacia el sur para toparnos de bruces con el logo de «The L Word» y por tanto, con las oficinas de la serie. Esas oficinas a las que las actrices acuden semanalmente, por no decir a diario, donde se hacen las lecturas del guión, donde Rose Lam e Ilene Chaiken tienen su despachos y también sus plazas de parking personalizadas. Por cierto, la de Ilene más que camuflada. ¡Estuvimos a punto de llevárnosla!

Las oficinas pertenecen a la productora Coast Mountain Films. Desgraciadamente -o afortunadamente, según se mire- era domingo y allí no había ni un alma, así que rondamos por el estudio sin problema alguno aunque, eso sí, estaba todo vacío y cerrado a cal y canto. Sin embargo asomando un pelín la cabeza pudimos ver los camiones de rodaje, el vestíbulo de las oficinas, el despacho de Ilene, y también el de Rose Troche, directora de muchos episodios, con todo un panel de las típicas fotos de book de las actrices de la sexta temporada. Fue ahí donde empezamos a adivinar que Alexandra Hedison iba a estar en esta última season. La verdad es que nos sentimos un poco en plan asaltantes pero sólo nos dedicamos a mirar y a sacar fotos. Uno de los vigilantes no tardó en percatarse de nuestra presencia y acabamos charlando con él tan ricamente…

En fin no quiero decir mucho más para no meter a nadie en problemas -en los siguientes posts sabréis a qué me refiero-pero el caso es que una cosa llevó a la otra y acabamos con un chivatazo de lujo. Casualmente, al día siguiente el equipo de la serie iba a estar rodando en el Downtown de Vancouver. ¡Ya teníamos una misión adjudicada para el día siguiente!

Antes de retirarnos al hotel y a tope de adrenalina por la que se nos venía encima -asistir al rodaje de «The L Word» por pura casualidad- decidimos tomar posiciones y pasarnos por donde supuestamente tenía que producirse el rodaje. Y efectivamente dándonos un voltio con el coche empezamos a ver los cartelitos indicativos de la productora para todo el equipo. Las instrucciones que deberían seguir para encontrar el rodaje a la mañana siguiente estaban colocadas en semáforos o farolas indicando un punto de encuetro, lo que sería el párking de ciertos miembros de equipo, el lugar donde deberían plantarse los camiones de maquillaje y vestuario… Íbamos más que el buen camino… 😉