Hoy nos hacemos eco de una noticia que afecta a la WNBA. La WNBA, para aquellas de vosotras que no lo sepáis (no tenéis porqué saberlo), es la NBA femenina. Es decir, la liga femenina de baloncesto de Estados Unidos. Candice Wiggins jugaba en esta liga. A pesar de tener treinta años ya ha terminado su carrera como deportista profesional. Según ella, lo ha hecho por las presiones a las que se vio sometida a lo largo de toda su etapa en dicha liga. Estas presiones respondían a un hecho que es el fundamento de esta noticia.

Candice Wiggins ha declarado que «el 98% de las jugadoras de la WNBA son lesbianas». Ahí es nada. Por lo visto, según la ex jugadora, prácticamente todas las compañeras de profesión, tanto de su equipo como de otros equipos, eran homosexuales. Va más allá en su entrevista y dice que de hecho todas ellas asumen roles masculinos. Especifica que esto le ha traído muchos problemas. Ella se siente mujer, dice. Eso hizo que muchas de sus compañeras no la aceptaran. Ahora, tras retirarse ha desvelado esta supuesta trama lésbica que incita y acosa a las jugadoras heterosexuales.

Algunos precedentes

Una jugadora de baloncesto bastante conocida por sus logros y su calidad, Delle Donne, se declaró abiertamente homosexual recientemente. Este, que en su momento pareció un caso aislado, según Candice Wiggins no es ni mucho menos una excepción. Ya hablamos en un post reciente acerca de los tópicos que suelen tenerse como referencia a la hora de hablar de lesbianas por parte de la sociedad. En efecto, es muy frecuente que se piense que muchas integrantes de los equipos femeninos son lesbianas. Exceptuando los de gimnasia rítmica y artística, diría yo. El resto, todas bolleras. Pues bien, dicho tópico parece que no afecta solo a los hombres de nuestra sociedad. Por ejemplo, algunas mujeres que ejercen como árbitros sufren este tipo de conductas.

En especial, en el fútbol, las mujeres árbitro son insultadas en directo (en partidos infantiles incluidos) por el público. Ellas mismas confiesan que son las propias mujeres las que más saña muestran. Frases machistas tipo «vete a fregar» o «tenías que estar en la cocina» son algunas de las perlas que las mujeres del público sueltan contra las mujeres árbitro. Pues bien, con esto pasa un poco lo mismo.

Extendiendo prejuicios, por Candice Wiggins

Que una jugadora de baloncesto profesional diga que la inmensa mayoría de jugadoras con lesbianas viene a contribuir en sostener los prejuicios. «Si ella, que lo ha vivido lo dice, será verdad», es lo que pensará la mayoría de la gente. Otras personas pensarán que ya lo sospechaban y que, en consecuencia, siempre es mejor dejarse llevar por los prejuicios (por si acaso). En la entrevista Candice Wiggins trata a las jugadoras de baloncesto de la WNBA casi como una secta. Algunas de las cosas que dice apuntan a que se la despreciaba y discriminaba por ser heterosexual. Al tiempo, y como por supuesto, sólo son mujeres las heterosexuales, señala que sus compañeras trataban de emular patrones masculinos. Por esta razón, ella, que «está orgullosa de ser mujer» (como si las lesbianas nos arrepintieramos o viéramos algo malo en ello) se convirtió en víctima de un sistema de lesbianas simula-pichas. Y como ella era una mujer, las otras, que no querían serlo, la despreciaban. Esto es como decir: las lesbianas son más machistas que los hombres heterosexuales.

Sospecho mucho de esta entrevista. Probablemente haya otras razones por las que Candice Wiggins haya abandonado el mundo del deporte. Cargar contra sus compañeras parece ahora un pretexto. No digo que no existan lesbianas en el deporte: digo que existen en todos los sitios. Muchas editoriales dispuestas a mantener el ideario prototípico y architópico se estarán frontando las manos.