Los registros de maternidad en el Reino Unido ofrecen espacios solo a la futura madre y al padre del bebé. Esta inflexibilidad puede causar dificultades para el embarazo lésbico, es decir, la madre, su pareja y su bebé nonato si no entran dentro de sus parámetros.

Durante la última década ha habido un aumento significativo en el número de personas que conciben fuera del modelo tradicional de una pareja heterosexual, como es el caso del embarazo lésbico, por lo que afecta a un número creciente de padres y madres. No se sabe exactamente cuántas mujeres lesbianas dan a luz, pero el tratamiento de fertilidad en las clínicas del Reino Unido para parejas de lesbianas ha aumentado un 15-20% al año durante la última década. En 2018 hubo 1.404 nacimientos registrados en parejas del mismo sexo.

No hay datos disponibles para el número de hombres trans (es decir, personas transgénero de mujer a hombre) que dan a luz en el Reino Unido. Pero algunos hombres trans eligen hacerlo, y el número de asistencia a clínicas de identidad de género aumenta cada año.

La heteronormatividad, un problema en el embarazo lésbico en algunos países

Los datos muestran que los problemas ocurren cuando la heteronormatividad, es decir, la percepción de que la heterosexualidad es la orientación sexual normal, predeterminada o preferida, se comunica abierta o sutilmente en la forma en que el personal de atención médica trata a los pacientes, la forma en que se redactan los documentos o las suposiciones hechas en el camino. Las administraciones públicas no están bien preparadas ni formadas para atender de forma “normal” un embarazo lésbico.

Esto quiere decir que las madres que no han dado a luz, es decir, las parejas de las mujeres que tienen el bebé, pueden no ser reconocidas como madres y, por lo tanto, pierden los beneficios que otorga respecto al niño la maternidad. Esto, naturalmente, también ocurre en el caso de las personas transexuales.

Esto puede ser fuente de problemas emocionales

Tener malas experiencias previas durante el embarazo lésbico y posteriores al parto puede resultar nocivo para las parejas a nivel emocional y psicológico. Incluso para el bebé.

Un ejemplo es la depresión post parto. Esta tiene efectos negativos para la madre y para el niño. Hay estudios, por otro lado, que indican que las lesbianas tenemos más probabilidad de sufrir la depresión post parto que las mujeres heterosexuales.

Los datos muestran la realidad

En el Reino Unido, aún no se recogen datos sobre el género o la orientación sexual de las personas embarazadas y sus parejas. Ya que no tenemos estos datos, no hay mucha información sobre las estadísticas de los resultados del embarazo de lesbianas y hombres trans. La mayoría de las investigaciones sobre el embarazo y el parto y la mayoría de las leyes y reglamentos asumen que los bebés nacen de una relación heterosexual.

Lo cierto es que no hay una solución fácil para este problema. No basta con sustituir la palabra “madre o padre” por persona embarazada o pareja.