La homofobia y la psicopatía parecen estar muy relacionadas. Vamos a verlo con varios ejemplos. Desde muy joven, Nicole Saavedra supo lo que era pasar miedo por su orientación sexual. Creció en una zona rural de Valparaíso, en Chile. Solo tenía 16 años la primera vez que se sintió aterrorizada, cuando un grupo de hombres comenzó a seguirla gritándole que la iban a “hacer mujer”. Iba a casa de su prima y el camino se le hizo terrorífico.
Morir por ser lesbiana
La siguiente ocasión en la que fue agredida por ser lesbiana fue en 2015, cuando un individuo de ideología neonazi le propinó una paliza. Un año después, cuando Nicole tenía 23, salió una noche de fiesta. Por la mañana a las 7 se encontraba esperando el bus para regresar a su casa, pero jamás llegó. Unos días después hallaron su cuerpo, con las muñecas atadas y gravísimos golpes por todo el cuerpo. Se supo que antes de ser asesinada, la joven había sido torturada. No ha sido la única. En la región de Valparaíso, otras dos chicas lesbianas han sido asesinadas. Susana Sanhueza en 2017 murió a manos de un hombre que estaba enamorado de ella y no podía aceptar que no le atrajesen los hombres. Unos años antes, en 2008 María Pia Castro jugadora de fútbol y con características masculinas, fue quemada viva.
En Costa Rica, Stephannye P. Castro Mora, vivía su sexualidad de forma libre y fuera del armario. Tenía 28 años, una estética masculina y trabajaba como guardia de seguridad. Fue torturada y desmembrada en 2018 y solo pudo ser identificada por sus tatuajes. Antes de matarla le pusieron un vestido como burla macabra. En Guatemala, lo mismo les ocurrió a Kelli Maritza Villagrán y Betzi Esmeralda Có Sagastume, de 26 y 18 años. Eran pareja. Hallaron sus cuerpos uno junto al otro y atados, degolladas tras una paliza. Habían escrito en sus cuerpos con una navaja “por panochas (lesbianas) se murieron”. Se nos hiela la sangre, ¿verdad?
Homofobia y psicopatía
El sexólogo y endocrino Emmanuele Jannini junto con la Universidad Tor Vegata, en Roma, realizaron un estudio que concluyó que existe una estrecha relación entre homofobia y psicopatía. Pero además de que podría estar vinculada a rasgos psicopáticos de la personalidad, la homofobia podría considerarse como una enfermedad generada por la misoginia, la cultura, las creencias religiosas y los complejos e inseguridades en relación a la masculinidad.
Concretamente, en los hombres lesbófobos, el odio hacia estas mujeres resulta ser selectivo. Por una parte, el lesbianismo se disfruta con morbo cuando se trata de un producto para consumir como es el caso de la pornografía lésbica. Tenemos un ejemplo claro en un caso muy mediático del que hablábamos aquí y que sucedió en Londres en tan solo unos meses. Una pareja de chicas regresaban de fiesta y al verlas besarse un grupo de adolescentes las siguieron y se subieron al autobés detrás de ellas donde las obligaron a besarse y tocarse entre ellas para su propio disfrute. Cuando ellas se negaron, les propinaron una paliza.
Los hombres lesbófobos odian a las lesbianas porque se sale de los estándares de lo que se supone que significa ser “mujer” y también porque son mujeres que están fuera de su alcance.
Esperamos que algún día las mujeres, sea cual sea nuestra orientación sexual, podamos caminar tranquilas por la calle.
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