Pues sí, así es la vida. Un dicho reza que una mujer tiene que hacer las cosas el triple de bien que un hombre para obtener al menos algo de reconocimiento, y eso es exactamente lo que ha ocurrido con un icono entre las lesbianas de todo el mundo, como lo es Ellen DeGeneres.

Todos caemos en eso, incluso nosotras. Exigimos a las mujeres más, y cuando eres parte de una minoría, la condición de ser figura pública es muy tóxica.

¿Qué ha ocurrido con Ellen DeGeneres?

Recuerdo haber visto a Ellen DeGeneres a finales de los 90 en su serie. Inmediatamente la reconocí como el personaje principal y me sentí identificada con ella. En su serie, Ellen interpretaba a una mujer que era más bien payasa, neurótica y, lo más importante, no muy femenina. Yo también era todo eso, pero, incluso a los siete u ocho años, sabía que era como ella de una forma que aún no podía definir.

Para muchas de las lesbianas que crecimos en los años 90, Ellen DeGeneres fue nuestra primera aparición en la tele, aunque su sexualidad solo se insinuaba. Al menos hasta la penúltima temporada, en la que su personaje sale del armario. Al mismo tiempo que ocurrió esto, la primera vez en toda la historia norteamericana de la tele, Ellen salió también del armario en el programa de Oprah.

Desde entonces, Ellen se convirtió en la lesbiana por excelencia. Llevaba traje de pantalón, salía con otras mujeres famosas y, en general, era un oasis sáfico en un desierto de celebridades heterosexuales.

Castigada por las cadenas

En 1997 su serie fue cancelada por la cadena, precisamente, porque había salido del armario, y Estados Unidos no estaba preparado para eso. No fue hasta el año 2003 cuando Ellen DeGeneres volvió a aparecer con su propio programa, el Show de Ellen.

Y es que este icono gay fue castigada precisamente por eso, y tuvo que pelear mucho para volver a triunfar. Ellen ha sabido ser lo que el público esperaba de ella sin renunciar a sí misma. Y ha sido un camino muy difícil según ha contado ella misma en muchas entrevistas.

Aunque las acusaciones de tener un comportamiento fuera de lugar son imperdonables, y es complicado pensar que si fuera un hombre, la gente la juzgaría de igual manera.

Trato desigual por ser mujer y lesbiana

Lo que afirmamos se puede demostrar fácilmente, ya que el presentador James Corden parece ser el elegido para reemplazar a Ellen. Este hombre se burló del escándalo Harvey Weinstein en 2017 diciendo que el comportamiento del director fue un poco gamberro, pero ya está. No lo criticaba, sino que le quitaba importancia. Patético.

No tengo ninguna duda de que los fans de Corden y otros por el estilo establecerán un vínculo entre la insensibilidad de Ellen y su sexualidad y asentirán con complicidad, diciendo que no es un ejemplo a seguir. Pero esto ocurre porque no son capaces de mencionar a ninguna otra lesbiana, y por eso vuelcan todo su odio hacia ella.

¿Qué te parece a ti? ¿Crees que a las mujeres lesbianas se les juzga con más dureza?