Parece que la fiebre del Satisfyer se ha calmado un poco (probablemente porque el 90% de la población femenina tiene uno). Pero durante el pasado año y el anterior fue el juguete erótico de moda, el regalo más comprado en Navidades, y el protagonista de un montón de conversaciones, reviews, comentarios y hasta memes. En 2019 las ventas de este aparato aumentaron un 440% con respecto a 2018, pero lo mejor de todo es que ha conseguido romper el tabú de la masturbación femenina y normalizar un hecho tan natural y saludable como que las mujeres también se tocan. 

Orgasmos en dos minutos

El éxito del Satisfyer se debe a que es un juguete tan centrado en el clítoris que ni siquiera tiene forma fálica. Y si tenemos en cuenta que la mayoría de las mujeres  solo llegan al orgasmo con la estimulación directa del clítoris y no con la penetración, tenemos la ecuación solucionada. Este famoso succionador regala orgasmos en tiempo récord, solamente con aplicar la boquilla sobre la vulva. En realidad no succiona, y tampoco vibra, como otros juguetes, sino que emite unas ondas, cuya intensidad se puede regular, que estimulan el clítoris. Hay mujeres que han conseguido experimentar su primer orgasmo gracias a este gadget. 

Pero no es oro todo lo que reluce. Y pensarás, ¿qué puede tener de malo alcanzar el clímax en un par de minutos, sin esfuerzo y con una garantía de eficacia del 100%? Pues varias profesionales de la sexología están advirtiendo que su uso puede tener consecuencias negativas, sobre todo si se usa más de lo debido, ya que puede provocar que al final la mujer no pueda llegar al orgasmo de otra manera. Y no queremos eso, ¿verdad? La doctora Cristina Callao dice que cuando nos acostumbramos a una forma muy específica de masturbación, recurriendo a un estímulo tan localizado y potente como el del Satisfyer, llegar al orgasmo de otra forma puede ser más difícil. 

El Satisfyer hace que el cerebro se vuelva vago

Por otra parte, critica la urgencia de la práctica sexual que ofrece este juguete, con un orgasmo superrápido y puramente fisiológico. Al final, destaca la sexóloga, lo importante de una buena práctica solitaria es permitirse un rato de disfrute para ir sintiendo las diferentes fases de la respuesta sexual del cuerpo, empezando por la piel y la imaginación y gozando de la propia excitación, antes de resolverla. La sexóloga nos recuerda que la finalidad del sexo no es solo el orgasmo, sino también el camino hasta alcanzarlo, así que ir directamente al clímax, nos hace perdernos muchas sensaciones. 

En cuanto a la estimulación tan localizada que proporciona el Satisfyer, también es algo de lo que no hay que abusar. Según explica, el cerebro hace conexiones sinápticas mientras estamos utilizando el succionador y aprende que es muy fácil llegar al orgasmo de esa manera. Si solo nos masturbamos de esa forma y lo hacemos con cierta frecuencia, el cerebro se habitúa a este estímulo tan concreto. Y hay que recordar que ni una mano, ni una lengua tienen la misma potencia que este juguete. 

 ¿Qué hacer, entonces? La recomendación experta es que utilicemos juguetes sin miedo pero alternando con otras formas de masturbación. 

¿Vas a contarnos tus experiencias con el satisfyer?