Si la maternidad es complicada para las mujeres dentro de parejas heterosexuales, todavía lo puede ser más en el caso de parejas de madres lesbianas. Por un lado está el problema de la brecha salarial y en el otro, algunas complicaciones relativas a los derechos laborales.
Maternidad en el mundo laboral
Dos economistas noruegos, Emily Nix y Martin Eckho, realizaron un estudio sobre la forma en la que impactó la maternidad en 600 parejas lesbianas. Después, compararon los resultados con medio millón de parejas heterosexuales y concluyeron que los ingresos de las madres heterosexuales disminuían casi un 20% después de la llegada del bebé, mientras que los del padre no sufrían ningún cambio. En cuanto a las parejas de lesbianas, apreciaron que los ingresos de la madre se reducían casi el 12%, pero también bajaban los ingresos de sus parejas, también mujeres, repercutiendo así de forma negativa en la economía doméstica. Por el contrario los permisos por paternidad no suponían una pérdida significativa de los beneficios económicos para los hombres.
Ciertamente la maternidad en parejas de mujeres está reconocida legalmente en muchos países desarrollados, pero la igualdad dista mucho de haberse conseguido. Aunque las parejas de las madres biológicas pueden demostrar con documentos legales, su condición de madre, la realidad es que se las trata de forma diferente. Por otra parte, para que las parejas lesbianas puedan percibir una prestación por maternidad, deben demostrar jurídicamente el vínculo con el bebé, es decir, o ser la madre biológica, o haber realizado los trámites para la adopción del bebé. El documento del matrimonio legal, no garantiza el derecho al permiso de maternidad, algo que no ocurre en el caso de los varones, a quienes no se les exige demostrar su paternidad de ninguna forma.
Tras el nacimiento de la criatura, la madre tiene derecho a sus correspondientes semanas de baja por maternidad. Su pareja, mujer en este caso, podrá acogerse a la licencia por paternidad si se han realizado los trámites para la adopción. Suponiendo que esté todo en regla y la segunda mamá pueda disfrutar de su baja, aún deberá afrontar otro problema. Y es que en la práctica, se descuenta un mayor porcentaje por esta licencia retribuida a las madres, que a los padres.
Ley discriminatoria con las madres lesbianas
Además de estas dificultades económicas, las parejas de mujeres que quieren ser madres, tienen que enfrentarse a la discriminación legal. En primer lugar deben contraer matrimonio obligatoriamente antes de que nazca el bebé, para que puedan ser reconocidas ambas como madres. Esto no sucede en el caso de las parejas heterosexuales que buscan un embarazo mediante alguna clínica de reproducción asistida. Tampoco pueden registrar al bebé de forma telemática, como hacen muchas parejas heterosexuales. En su caso están obligadas a personarse físicamente en el Registro Civil aportando el certificado de nacimiento de las dos, y el de matrimonio. En algunas oficinas también se pide a la madre no gestante que firme un documento donde declara su conformidad con la filiación del bebé.
Como vemos, a nivel legal y económico todavía hay mucha discriminación hacia las madres lesbianas que desean formar una familia. Una desigualdad invisible para la mayoría, y que debe solucionarse desde los partidos políticos.
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