La historia de Lilly y Felice es una de esas que impresionan y que dejan en ridículo las ñoñerías de Romeo y Julieta. Y es que estamos hablando de la historia de amor entre una mujer afín al nazismo y una judía implicada en movimientos activistas de resistencia al partido. ¿Habías oído hablar de ellas? Hoy viajamos de nuevo al pasado para recordar a estas dos valientes mujeres cuyo amor fue un verdadero desafío.
La historia de Lilly y Felice: un amor prohibido
Elisabeth Kappler, más conocida como Lilly, y Felice Schragenheim no solo se amaron en secreto perteneciendo a bandos contrarios y enfrentados. Además lo hicieron en un momento y un país en el que las relaciones homosexuales estaban perseguidas. Es verdad que la ley aludía específicamente a los hombres, ya que se entendía que las mujeres, independientemente de sus inclinaciones, podían seguir procreando hijos. Así que el lesbianismo no estaba bien visto, pero se consideraba un trastorno temporal y con posibilidad de cura.
Lily era una mujer casada, en un matrimonio ideal a los ojos del régimen. Su marido era un alemán nazi y tuvieron cuatro hijos, aunque uno de ellos murió tempranamente. La joven se ajustaba perfectamente a lo que el « Führer» y el Tercer Reich esperaban de ella y de las mujeres en general. Era madre de familia y esposa, nacionalsocialista convencida, obediente y sumisa a su hombre. Una buena mujer germana.
Felice mantenía una doble vida
Por el contrario Felice era judía y miembro de la resistencia. Para pasar desapercibida cambió su apellido y se puso el de un oficial alemán. Era una luchadora y una superviviente, aunque también quería ayudar a los demás, y por un tiempo se hizo pasar por periodista para pasar información. Felice sabía lo que se avecinaba con la guerra e intentó huir del país con su abuela. No obstante, ciertos problemas administrativos se lo impidieron y tuvo que quedarse en Berlín, donde comenzó una doble vida. Solo unos pocos allegados conocían su secreto. En ese momento, a través de una amiga, conoció a Lily. Lily se enamoró de ella antes de saber que era judía y cuando lo supo, sus sentimientos eran demasiado fuertes para que le importase. Llegó a decir que por primera vez en su vida había disfrutado del sexo y que había descubierto que amor y sexo podían ser una misma cosa.
Con el tiempo Lily comenzó a ayudar a la gente de Felice, incluso escondió a algunos judíos en su casa. El amor pudo más que el nazismo al menos en su corazón, y estuvieron juntas durante dos años. Pero claro, la historia de Lilly y Felice no podía acabar bien. Efectivamente, en agosto de 1944 la Gestapo detuvo a Felice y la llevó a un campo de concentración, concretamente a Theresienstadt, y las dos mujeres perdieron el contacto para siempre. Lily nunca pudo obtener información para saber de ella, aunque supo que probablemente habría muerte entre 1944 y 1945 en una de las terribles ‘marchas de la muerte’.
La historia de Lilly y Felice tiene un final muy amargo y triste. Pero también tiene una nota positiva, ya que ha demostrado que el amor puede vencer a una ideología como el nazismo. Lilly intentó suicidarse en dos ocasiones a lo largo de su vida, y por su historia con Felice y su acercamiento a los judíos, fue rechazada por los suyos y acosada por grupos antisemitas. Por otro lado, también fue premiada y condecorada por haber salvado la vida a varias mujeres judías.
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