Según un estudio realizado en el Reino Unido y publicado en el «Journal of Public Health», las mujeres bisexuales tienen mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental que las lesbianas. ¿Los motivos? La invisibilización y la discriminación.

Trastornos alimentarios, depresión y autolesiones

Este estudio, elaborado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, revela que este colectivo tieneun 26 % más de riesgo de sufrir depresión, un 37 % más de tendencia a la las autolesiones y 64 % más de probabilidades de padecer trastornos alimentarios. Los datos analizados se han extraído de testimonios de más de 5.700 mujeres bisexuales y lesbianas mayores de 14 años.

El estudio también señaló que, a pesar de que las mujeres bisexuales aseguraban experimentar menos discriminación basada en el sexo en comparación con las lesbianas, esto no tuvo un impacto positivo en su salud mental. El estudio también encontró que a las mujeres bisexuales les cuesta mucho más revelar su orientación sexual a familiares, amigos y colegas de trabajo. Es decir, salen menos del armario o lo hacen mucho más tarde. También perece ser que tienen menos relaciones estables de pareja que las lesbianas.

Lisa Colledge, coautora del estudio, destacó que estos hallazgos coinciden con otros estudios que analizan as diferencias entre personas bisexuales y homosexuales. Colledge remarcó que, las mujeres que no son heterosexuales tienen, por norma general, una salud mental más delicada que las hetero. Pero el grupo de las bisexuales mostraban aún más trastornos.

Con estos estudios se ha tratado de hacer hincapié en la necesidad de tener en cuenta esta cuestión a la hora de ofrecer apoyo psicológico. Vaya, que todo el gremio de la psicología debería entender la orientación sexual como factor de riesgo en la sociedad actual. Y al igual que cada vez se reconoce más la necesidad de los abordajes terapéuticos con perspectiva de género, también se debería aplicar una perspectiva de orientación sexual.

El doble estigma de las mujeres bisexuales

Las mujeres bisexuales deben enfrentarse a un doble estigma: el de la invisibilidad asociada a su orientación sexual y al hecho de ser mujeres. En primer lugar, la bisexualidad sigue siendo una orientación sexual poco comprendida y muchas veces menospreciada cuando se hace pública. Las personas bisexuales a menudo se ven presionadas para encajar en una categoría única. Ya sea heterosexual u homosexual. Esto puede llevar a sentimientos de confusión, alienación y muchísima frustración. Esta falta de aceptación social puede favorecer la aparición de problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad.

El segundo estigma que recae sobre as mujeres bisexuales es la bifobia, que persiste en torno a esta orientación. Mientras que las mujeres lesbianas ya son un grupo marginado dentro de la comunidad LGBTQ+ (donde la imagen predominante es la de hombres homosexuales), las mujeres bisexuales son aún más invisibles. Además, sufren la incomprensión y los estereotipos asociados a su orientación sexual. A menudo son etiquetadas como hipersexuales, promiscuas o incapaces de mantenerse fieles en una relación monógama.  Muchas mujeres bisexuales se ven obligadas a ocultar su orientación y prefieren hacerse la vida más fácil teniendo relaciones con hombres. Las que deciden visibilizarse, tienen que soportar la fetichización de los hombres y la desconfianza y hostilidad de muchas lesbianas. Ante un panorama así, ¿cómo no caer en el sufrimiento psicológico?

Cierto que las nuevas generaciones están cambiando la película, pero aún queda camino por delante. Ansiamos el día en que las personas, simplemente, no tengan que dar explicaciones sobre su orientación sexual.