El acoso horizontal por ser lesbiana existe en el ámbito de trabajo y, por desgracia, lo podemos recibir de hombres y mujeres en algunos casos. Existen leyes que nos protegen, pero demasiadas veces el silencio de la agredida dificulta la respuesta. Tenemos que luchar contra esa lacra, y por eso escribo este artículo. 

Qué es el acoso horizontal

Estamos habituadas a escuchar el término de acoso descendente o mobbing en general, pero es conveniente que diferenciemos ámbitos. Existe el acoso vertical, que es aquel que se sufre por parte de un superior. Sin embargo, también podemos sufrir discriminación de nuestras pares, y es aquí donde hablaríamos de acoso horizontal, porque no hay una relación jerárquica.

Cuando se trata de acoso horizontal, los motivos discriminatorios suelen ser más habituales. Y pertenecer a un colectivo minoritario e históricamente marginado, como el LGTBIQ+, es uno de ellos. En este caso, podemos hablar de distintas graduaciones, desde «chistes» de mal gusto, a comentarios improcedentes o, directamente, a hacer el vacío. Si nos vamos a un extremo, esto podría degenerar en agresión física, pese a no ser lo más común en centros de trabajo. Y, lo que es más, esta situación puede ser producto de una acción individual o colectiva; en cualquier caso, es devastadora.

Hay un mito a desterrar: podemos sufrir mobbing a cualquier edad, no solo en el instituto, también en el trabajo. Y ser lesbiana, en determinados ámbitos, sigue siendo, por desgracia, un problema por gente que no entiende que vivimos en el siglo XXI. Esto no se puede permitir de ninguna de las maneras. 

Cómo actuar ante situaciones de acoso horizontal por ser lesbiana

Recuerda que existe una legislación que nos protege: concretamente, la Ley de Igualdad de Trato, que obliga a las empresas a tener un protocolo contra el acoso LGTBIQ+. Si eres mayor de edad, debes hacer valer tus derechos y comunicar al responsable de estas cuestiones lo que está sucediendo. No tengas miedo, porque, hoy en día, estos procesos son anónimos y, además, no implican renuncia a petición de responsabilidades. Se tiene que abrir una investigación y depurar responsabilidades: y esto funciona, más de lo que parece.

Por otra parte, es especialmente importante que no te calles esta situación con quien realmente te importa. Quizás no puedas hablarlo con tu familia, pero hazlo con tus amigas y con tu pareja. Aquí los espacios seguros pueden darte un apoyo para no vivir esta situación sola. Y, si crees que necesitas ayuda profesional, no dudes en pedirla porque, a veces, es necesaria para estar mejor. Lo importante, en estos casos, es ser proactiva y evitar que estas circunstancias te afecten todavía más.

No se trata solo de no dejar pasar por alto una injusticia; cuando veas que hay una reparación, tú te sentirás mejor. Además, es una forma de dar cierre. 

El acoso horizontal por ser lesbiana sigue existiendo, pero, por eso, no hay que dar un paso atrás. Y si en tu trabajo ves que alguien lo está sufriendo, debes también decirlo porque es lo correcto. ¿Has sufrido discriminación laboral por tu orientación sexual? Te leo en comentarios.