Aunque el gaslighting está muy asociado a la violencia de género, también se puede dar en relaciones lésbicas, y es igualmente devastador. Te doy claves de esta práctica y de sus consecuencias para que estés atenta si vives alguna situación así, tú o alguien de tu entorno.
El gaslighting en lesbianas: peligros específicos
Hablar de gaslighting, o luz de gas, se refiere a una práctica en las relaciones, que se mostró por primera vez en la obra de teatro homónima, llevada al cine en 1944. Esta actitud consiste, básicamente, en cuestionar los criterios de la otra persona, sugiriendo que tiene la percepción o el criterio alterado. Por ejemplo, una persona está segura de haber actuado bien poniendo límites, pero su pareja lo cuestiona permanentemente hasta el punto de hacerla dudar; si esto se da en distintas áreas de su vida, hay una situación nociva para quien reciba ese continuo cuestionamiento.
Esta técnica de manipulación emocional es típica de personajes narcisistas o psicopáticas y no solo se da en las relaciones de pareja; también es posible en relaciones verticales de poder o en «amistades». No obstante, y refiriéndonos a nosotras, sí existen unos problemas añadidos específicos. Por ejemplo…
Cuestionamiento del vínculo afectivo
Si eres víctima de esta técnica durante un tiempo prolongado, es posible que te cuestiones tu capacidad de amar. Y ya no hablo de vínculos de pareja, sino también de amistades o de afectos en general. Esta es, probablemente, una de las consecuencias más peligrosas de quien padece gaslighting. Si, además, te ha costado asumir tu condición, esto es doblemente difícil.
Cuestionamiento de la sexualidad
Aunque esta técnica suele ser sutil, también puede llevar a que nos cuestionemos nuestra sexualidad. Sucede, sobre todo, con personas que han tenido experiencias heterosexuales previamente o que, aunque tienen una relación de pareja lésbica, se consideran bisexuales o queer. Cuestionarse eso no tiene por qué ser malo, pero sí lo es cuando no es el resultado de un proceso consciente y voluntario. De hecho, es un lugar común que se cuestione diciendo «es que igual no eres lesbiana o no te gusto»; ni que decir tiene que esto hace mucho daño.
Estado de nerviosismo permanente
Cuando una persona es víctima de manipulación emocional de este tipo, va a estar más nerviosa. Y es normal, porque dudar de una misma genera ansiedad. Por eso mismo, es fundamental detectar cuanto antes estas actitudes para evitar que nos afecten. A veces, esto te obligará a cortar o a pedir ayuda profesional; hazlo si lo necesitas. Recuerda que la compañía no debe implicar un sufrimiento permanente.
Incapacidad de disfrutar de las relaciones
Las víctimas de manipulación emocional son incapaces de disfrutar de las relaciones. Esto es especialmente duro si había problemas de autoestima previos. No en vano, la inseguridad se lleva no solo a la relación de pareja, sino a otras relaciones personales. Por eso hago hincapié en la necesidad de detectar cuanto antes estas situaciones para huir de ellas o cortarlas.
El gaslighting, ahora mismo, está dentro de la agenda, pero durante muchos años estuvo invisibilizado. ¿Has vivido situaciones de este tipo en alguna ocasión? ¿Cómo han sido? ¡Cuenta tu experiencia en los comentarios!
Ningún Comentario