La violencia entre lesbianas es una lacra de la que no hablamos lo suficiente y contra la que hemos de luchar, porque se da muchas veces en el ámbito de las parejas. Y ya que estamos aquí para tener unas relaciones sanas, creo que vale la pena poner el foco en la violencia intragénero.
Violencia entre lesbianas: los datos oficiales
Según un estudio de COGAM, el 30 % de las mujeres lesbianas reconocen haber tenido, en alguna ocasión, actitudes violentas hacia su pareja. Aunque la mayoría de las veces es verbal, es mayor que en los hombres gays o en las mujeres heterosexuales. Las principales actitudes violentas hacia la pareja son estas:
- Insultos: los insultos directos son una de las formas de violencia recurrentes. Pueden ser más o menos velados, pero son en cualquier caso un menosprecio.
- Humillaciones: las humillaciones, referidas a condiciones o cualidades negativas (supuestas o no), son otra de las formas de violencia en la pareja.
- Cuestionamiento de la sexualidad: esta es una de las formas más duras de violencia psicológica, y que se da en las parejas LGTBIQ+. Aquí, una de las personas cuestiona la orientación sexual de la otra, como método de manipulación psicológica.
- Outing: hacer pública la sexualidad de la otra persona, si esta no quiere anunciarla, es otra forma de violencia. Invadir el espacio personal de la pareja no es admisible.
- Control económico y financiero: cuando una persona depende de otra económicamente por falta de ingresos, esta circunstancia se puede utilizar como forma de violencia, restringiendo su autonomía.
- Control del teléfono móvil: una variante del anterior, porque implica control de la autonomía y los movimientos de la pareja. Habitual en situaciones de dependencia emocional.
- Violencia vicaria: si una de las dos personas tiene descendencia de otras parejas o, si después de separarse hay descendencia en común, utilizarla es otra expresión de violencia.
- Violencia física: este es el último extremo y, aunque menos común, también se puede dar.
Hemos de ser claras: hay personas controladoras y posesivas en nuestra comunidad. Y trabajar desde el respeto requiere asumir esta realidad para cambiarla.
Tips para evitar este tipo de situaciones
Obviamente, es mucho más fácil evitar estas situaciones que salir de ellas cuando estamos dentro. Entre otras cosas, porque los puntos ciegos pueden jugarnos malas pasadas durante un tiempo. Por eso, te voy a dar unos tips muy simples, pero efectivos:
- No es no: nunca hagas nada porque te sientas obligada o por complacer a la otra persona. Todas podemos cambiar de opinión o negociar, pero siempre que sea desde la asertividad y un plano de igualdad.
- Evita las situaciones asfixiantes: es normal que, cuando nos enamoramos, al principio haya una cierta intensidad. Ahora bien, es conveniente que no entréis en una dinámica de obligaciones implícitas que, al final, puede ser manipuladora.
- Atenta a las red flags. Si ves comportamientos controladores, obsesivos contigo o potencialmente violentos, es mejor salir a tiempo antes de meterte dentro. Todas podemos tener un mal día o una contestación fuera de tono, pero dentro de unos límites.
La violencia entre lesbianas, en el ámbito de la pareja existe. Por eso, lo mejor es reconocer ese peligro, las casuísticas específicas y atender a las alertas. Así podrás construir buenas relaciones.
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