Si eres lesbiana y te gusta ver series, sabes que esta historia es más vieja que el WiFi lento en casa de tu abuela. Te acomodas en el sofá, emocionada porque al fin hay una trama con un capítulo de lesbianas, y piensas: “¡Esta vez sí! ¡Por fin van a terminar juntas!”. Pero no. La protagonista siempre acaba con un hombre, sufre una repentina crisis de identidad o, peor aún… se muere. (Otra vez. Porque claro, una lesbiana feliz es demasiado pedir. )
¿Qué les pasa a los guionistas? ¿Por qué tanto drama con nosotras?
Cuando la química es innegable, pero el guion del capítulo dice “no”
Vamos a hablar de ese fenómeno paranormal que ocurre en muchas series. Dos personajes femeninos tienen más química que una clase de laboratorio, miradas intensas, roces accidentales, conversaciones cargadas de tensión… y tú, en casa, viendo la pantalla con el corazón en la mano. “Esta vez sí”, te dices. Pero no.
De repente, en el capítulo 10, la protagonista conoce a un tipo cualquiera, sin carisma, que literalmente no ha hecho nada en toda la temporada. Y boom: amor eterno, destino inevitable, alma gemela.
Tú, mientras tanto, ¿y nosotras qué? (El hombre no tiene ni diálogo propio, pero mágicamente es «el amor de su vida». ¿En serio? )
La maldición del final heterosexual
Parece que en Hollywood hay una regla no escrita: Si hay una mujer lesbiana o bisexual en la trama, tarde o temprano va a terminar con un hombre, sufrir amnesia selectiva o ser abducida por extraterrestres.
Ejemplo clásico: la protagonista bisexual que “prueba” con una chica, pero luego descubre que “en realidad siempre ha amado a su novio”. Hermana, no. Déjate de cuentos. Y ni hablemos de las historias donde matan a la única lesbiana de la serie justo cuando estaba a punto de ser feliz. A eso se le llama el Bury Your Gays, un recurso que, al parecer, nunca pasa de moda. (Juraría que es un mandato secreto en la industria. ¿Habrá un comité que decide cuántas lesbianas pueden sobrevivir por década?)
¿Podemos hablar de finales felices? Gracias.
Queridos creadores de contenido: nos gusta vernos felices. No necesitamos más historias de sufrimiento extremo ni de “descubrimientos” que terminan en relaciones heteronormativas forzadas. Queremos ver chicas juntas, enamoradas y vivas al final de la serie. No pedimos tanto, ¿o sí? Mientras tanto, aquí seguimos, explorando cada nueva serie con la esperanza de que, esta vez sí, la historia lésbica no termine en decepción. (Spoiler: 9 de cada 10 veces, sí lo hace).
Hasta entonces, seguiremos viendo y reviendo las pocas series donde sí nos dieron lo que queríamos. (Porque cuando una serie de lesbianas nos gusta, la convertimos en un momento en nuestra nueva religión. No hay término medio. ¡Es ley!) O, en su defecto, escribiendo nuestros propios finales en la cabeza.
Y tú, ¿qué serie te ha roto más el corazón con esto? Déjalo en los comentarios, que aquí nos consolamos juntas. Te leo.
Ningún Comentario