La maternidad en lesbianas sigue siendo un desafío, tanto por falta de atención como en acceso a métodos reproductivos. Además, sigue teniendo, a veces, algunos estigmas sociales. Te comento cómo está la situación en España en 2025. 

La maternidad en lesbianas en España: retos en 2025

Una de las buenas noticias de la maternidad en lesbianas es que, desde 2023, no es necesario estar casadas para acceder a métodos de reproducción asistida.

Si tenemos en cuenta que el número de lesbianas y bisexuales es mayor en las generaciones más jóvenes, la tendencia irá a más. Asimismo, recordemos que hay más matrimonios entre mujeres que entre hombres, así que la maternidad lésbica también va a marcarse más. Por eso, poner el foco en este tema tiene cada vez mayor incidencia. 

Y, aunque no podemos dar cifras exactas de cuántas madres lesbianas hay (entre otras cosas, porque algunas son bisexuales), sí podemos señalar cuáles son los principales retos

1. Métodos de fertilización

Los distintos métodos de fertilización tienen que ser más accesibles; en algunos casos, los cubre la sanidad pública y, en otros, no. Aunque la inseminación es relativamente sencilla, es un método que está concebido, o bien para mujeres que decidan tener descendencia en solitario, o bien para parejas que así lo consensúen. La fecundación in vitro es una variante de la inseminación, aunque seleccionando el óvulo, y aquí el óvulo puede ser de una mujer y que lo geste otra, así que es ideal para maternidad en pareja (método ROPA). 

El principal desafío existente es el de los tratamientos de fertilidad. ¿Por qué? Porque, por ejemplo, el método ROPA, actualmente, solo está disponible en la sanidad privada. Y el coste de estos tratamientos es elevado. Cuando hablamos de compartir la maternidad, ROPA es la mejor opción, de manera que hay camino por recorrer para democratizar la posibilidad de ser madres. 

2. Estigma hacia la maternidad en lesbianas

Aunque casos como el de Dulceida pueden ayudar a la visibilización de la maternidad lesbiana, lo cierto es que, en algunos ambientes, sigue habiendo un cierto estigma. Sobre todo, los problemas pueden estar en algunos centros educativos o en el ámbito laboral. Afortunadamente, esto con el tiempo va a menos, pero todavía nos toca, de vez en cuando, soportar alguna opinión fuera de tono. En el centro laboral no es lo habitual, pero seguro que conoces casos donde alguien ha levantado las cejas cuando ha escuchado que una compañera era madre lesbiana. 

En este sentido, la legislación de igualdad de trato tiene que ser efectiva, tanto en letra como en el espíritu. Y, aquí, además de aplicar los protocolos, es fundamental realizar jornadas de sensibilización. Todo esto se tiene que aplicar de forma interdisciplinar, y para todas las edades. Cuando tener una madre lesbiana sea algo anecdótico, habremos logrado nuestro objetivo. 

La maternidad en lesbianas está creciendo y va a crecer, sí, pero existen todavía algunos retos que mejorar. El acceso a los tratamientos por la sanidad pública y la normalización social son los principales puntos. Espero que, con el tiempo, las administraciones luchen por eliminar los residuos patriarcales que todavía quedan.