Desde que el mundo es mundo, cada cultura ha tenido su propia forma de entender la sexualidad y el género. Los términos que usamos hoy, como gay, lesbiana o trans, no siempre han existido. En el pasado la gente usaba otras palabras, que reflejaban las creencias y normas de cada época. Vamos a echar un pequeño vistazo.

Berdache: un término para las identidades entre géneros

Uno de los términos más conocidos es berdache, que se usaba en las culturas indígenas de América del Norte para referirse a personas que no encajaban en los roles tradicionales. Aunque es despectivo y tiene una carga negativa, en su momento describía a lo que hoy conocemos como personas no binarias o adoptaban roles que normalmente eran del género opuesto.

Las personas berdache, o lo que hoy se conoce como «dos espíritus», eran muy respetadas en sus comunidades, porque tenían una conexión especial con el mundo espiritual. No eran transgénero en el sentido que entendemos ahora, pero sí se veía como una identidad única, que desafiaba las categorías tradicionales.

Uranista: un término del siglo XIX

En el siglo XIX, cuando la homosexualidad se veía como algo raro y malvado, el médico alemán Karl Heinrich Ulrichs inventó el término uranista. Ulrichs fue uno de los primeros en defender públicamente los derechos de los homosexuales, y usó este término para describir a aquellos que se sentían atraídos por personas del mismo sexo. Para él, eran una especie de «tercer sexo», que no era ni hombre ni mujer, sino algo diferente.

Aunque este término no fue muy popular en su tiempo, fue clave para que se empezara a hablar de la homosexualidad como algo real y no solo un tabú. Ulrichs, de alguna forma, plantó la semilla para que más adelante se fueran creando otros términos más conocidos para identificar la diversidad sexual.

Invertido: un término para los «roles de género invertidos»

Otro término importante en la historia de la sexualidad es invertido. A finales del siglo XIX, algunos médicos lo usaban para describir a personas cuya identidad sexual no seguía las expectativas sociales de su sexo biológico. Es decir, si una mujer actuaba de forma considerada «masculina», o un hombre mostraba comportamientos «femeninos», se les llamaba así.

Hoy en día, sabemos que este término está bastante anticuado y no refleja la realidad de las identidades de género. Sin embargo, en su época, los sexólogos como Krafft-Ebing y Hirschfeld lo usaban para tratar de clasificar lo que se consideraba «anormal» en términos de sexualidad. A pesar de que ahora nos parece un término un poco raro, en su tiempo era una manera de intentar entender algo que, para la sociedad, no encajaba en los moldes establecidos.

Travesti: un término que ha evolucionado

El término travesti también ha tenido un recorrido interesante. En muchas culturas, se ha usado para referirse a personas que se visten con ropa del sexo opuesto, pero que no necesariamente se identifican con otro género. Hoy tiene significados distintos dependiendo del lugar. Por ejemplo, en algunos países de América Latina, ha sido apropiado por algunas personas como parte de su identidad cultural.

Es curioso ver cómo la percepción de este término ha cambiado con el tiempo. ¿No crees?