Tessa Ganserer se ha convertido en la primera mujer trans en ostentar un cargo de diputada regional. Según palabras de la propia Ganserer “la identidad de género es un derecho humano”.

Ser mujer trans y dedicarte a la política

La diputada al parlamento de Baviera, Tessa Ganserer, es la primera mujer trans de la política alemana. El ejemplo en nuestro país lo tenemos con Carla Delgado Gómez (conocida como Carla Antonelli). Carla es diputada por el PSOE en la Asamblea de Madrid y ostenta el cargo de Vicepresidenta de la Comisión de Cultura y Turismo.

Estas dos mujeres trans han llegado a la política por caminos diferentes. Mientras Carla siempre ha participado en política como mujer trans, Tessa ha iniciado su proceso estando ya dentro de la política. Ambas son claros ejemplos de que ser trans no implica necesariamente que no se pueda llegar a puestos importantes dentro de la sociedad.

Curiosamente Ganserer ha obtenido el apoyo de sus compañeros y de la Presidenta del Parlamento de Baviera. Esta región es la más conservadora y católica de todo el país y está en contra del matrimonio igualitario. No obstante, los parlamentarios han sabido respetar la decisión de Tessa en su cambio de género.

Otro ejemplo de ello es la primera gobernadora transgénero de EEUU, Christine Hallquist. Hallquist ha sido elegida gobernadora de Vermont con el 40% de los votos a su favor. Se presentó a la elección como mujer trans y consiguió la victoria. Esta gobernadora tiene esposa y tres hijos adultos que la han apoyado en todo momento tanto en su campaña como en su transición pública.

Pero veamos el mapa de los derechos trans que hay en nuestro país y sus vacíos legales.

Ser transgénero en España

Doce de las diecisiete comunidades autónomas españolas tienen leyes que recogen los derechos de las personas transgénero. Las cinco que faltan: Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha y La Rioja no tienen ninguna ley que recoja los derechos del colectivo LGTBI.

En todas estas leyes se recoge el derecho a la libre determinación del género. Esto quiere decir que una persona es libre de construir y definir su propio género, además de su orientación sexual, su sexo y su cuerpo. Esto implica que no se ha de presentar ningún informe médico que acredite la identidad de género. Esto último aún se solicita en Euskadi y Canarias, donde se pide un informe psicológico para aprobar procesos de cambio de género.

No obstante, son precisamente estas dos comunidades (Euskadi y Canarias) las pioneras en contar con atención sanitaria específica. Existen unidades de identidad de género para acoger a las personas trans en sus necesidades. Aunque, por otra parte, esta misma iniciativa puede convertirse en discriminación al separar a las personas trans del resto de los pacientes.

La lucha está en la igualdad de derechos en todos los aspectos de la vida, tanto pública como privada. Por suerte, que mujeres trans estén ocupando lugares de importancia en el mundo de la política ayudará a cambiar las cosas para mejor.