Judith Butler es una de las grandes filósofas de finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Todavía vive, y sus ensayos, para bien y para mal, han influido en la teoría de la sexualidad y del género. Quiero compartir contigo qué es para mí lo mejor y lo peor de ella. 

Judith Butler: lo mejor y lo peor de una autora esencial del siglo XX

Es importante que diga, antes de empezar, que Butler es filósofa, y que la filosofía se puede interpretar de varias maneras. Esto es importante, porque no sería la primera vez, en la historia, que una teoría tiene, finalmente, una plasmación distinta en el discurso político o social.

No sería la primera vez que un filósofo o filósofa tiene una interpretación posterior que nunca habría imaginado. Y esto, si hablamos del feminismo o de la teoría queer, nos lleva a nuevos campos. Su teoría de la performatividad del género, argumentada en su obra de 1990 «El género en disputa», da lugar a diversas interpretaciones. Y, aunque ha marcado un antes y un después, resulta indudablemente polémica. 

En cualquier caso, nadie discute que ella es una de las principales teóricas queer de la actualidad. Y esto tiene varias consecuencias en ámbitos diversos. Veamos lo mejor y lo peor que tiene: 

Lo mejor de Judith Butler

Butler ha aportado dos enfoques muy positivos para las lesbianas desde el punto de vista postestructuralista. En primer lugar, señalar que el patriarcado y el heteronormativismo han limitado la forma de vivir libremente la sexualidad y la identidad sexual, así como la construcción de los roles. El segundo punto positivo es que no existe una forma única de ser hombre o mujer, de la misma manera que no existe una única forma de ser lesbiana.

Romper con los estereotipos de lo que es ser o no lesbiana es algo esencial. Yo he escrito varios artículos sobre tópicos que han hecho daño, pero con Butler hay un desarrollo teórico potente. Por esa razón, y aunque otros temas sean más discutibles, es una teórica que hemos de tener en cuenta. Al final, ha contribuido a romper muros y prejuicios sobre cómo «deberíamos ser», muchas veces construidos por el patriarcado. 

Lo peor de Judith Butler

Para mí lo peor de Butler posiblemente no sea culpa suya directa, pero sí de algunas interpretaciones que se hacen de su pensamiento. En algunos casos, la teoría queer podría contribuir, indirectamente, a borrar los límites del género. Y esto puede ser un problema en algunos casos, porque se ponen en cuestión las distintas interseccionalidades que vivimos. Las lesbianas tenemos una doble interseccionalidad, y si nuestra condición se considera siempre un constructo social y una elección, parte de nuestras reivindicaciones podrían diluirse. Por supuesto que defendemos la libertad de amar, pero sin que se cuestione nuestra condición.

Como podemos ver, las grandes pensadoras, y Judith Butler es una de ellas, pueden interpretarse de varias maneras, para bien o para mal. ¿Qué valorarías tú de ella? ¿Crees que ha sido positiva o negativa para nosotras? Déjame tu opinión en comentarios.