Después de tanta lucha por los derechos LGTBI, en Europa, el auge de los nacionalismos está poniendo en peligro al colectivo. Sobre todo, en los países del Este, las agresiones tanto verbales como físicas se están incrementando. Polonia y Lituania son los más afectados por esta creciente ola homofóbica.

Los países del este luchan por defender los derechos LGTBI

Polonia y Lituania han denunciado el ataque reiterado a sus sedes durante lo que va de año. Pero no sólo eso, en Rumania, se llevó a cabo un referéndum para vetar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Por suerte el referéndum no tuvo éxito y no han conseguido que las leyes den marcha atrás en ese sentido. No obstante, los activistas por los derechos del colectivo están constatando una disminución en sus derechos muy preocupante.

En Polonia, con la llegada al gobierno del partido ultraconservador Ley y Justicia, el Ministerio de Educación ha llegado a pedir a padres y directores de centros escolares denunciar a los centros que llevaran a cabo campañas en pro de la tolerancia de los derechos LGTBI. Un discurso de odio que retoma palabras ya caducas como sodomitas o pervertidos para referirse a los homosexuales está ganando poder en Polonia.

Pero no sólo es Polonia la afectada por esta hostilidad, Hungría y Bulgaria, además de Rumania también han hecho saltar las alarmas. Los movimientos nacionalistas han llegado a criticar a la Unión Europea por albergar ideologías liberales que según ellos está en contra de la familia. El vicepresidente de la Comisión Europea ha dejado claro que el respeto por la igualdad es una condición indispensable que hay que cumplir. A pesar de ello, los partidos mayoritarios que gobiernan los países del este continúan con sus movimientos anti LGTBI.

Los derechos LGTBI caen en picado

ILGA-Europe ha elaborado un informe que constata cómo en los países del Este, los derechos civiles están a la cola de Europa. La violación de los derechos humanos y civiles, así como la discriminación forman parte del día a día de esta zona europea. De todos los países que sufren este auge discriminatorio, Letonia es el que sale peor parado.

En Letonia, los derechos LGTBI sufren de bastantes carencias legales. Aunque en 1992 se despenalizaron las relaciones homosexuales, aún no está reconocido el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo. La población letona es muy poco tolerante con los derechos del colectivo LGTBI, tanto es así, que es habitual que se produzcan agresiones y enfrentamientos violentos.

A pesar de ello, los activistas por la igualdad del colectivo organizan cada año la marcha del Orgullo. Además, según Kaspar Zalitis, representante de Mozaika, la asociación por los derechos LGTBI de Riga, dos partidos democráticos con representación parlamentaria han incluido en su programa político una agenda por la igualdad.

Con todo ello, confiemos en que la situación del colectivo cambie a mejor tanto en Letonia, como en el resto de países del Este. Los derechos humanos no pueden ser vulnerados por más que los nacionalismos se empeñen en acabar con ellos.