Podría ser el argumento de una película de terror pero es tan cierto como impactante. En el mundo existen numerosos centros «médicos» para curar a lesbianas y gais. Si quieres saber dónde están y cómo funcionan, en este artículo te desvelamos lo poco que trasciende de esos infiernos al exterior.
Las terapias para curar a lesbianas y gais se siguen utilizando en numerosas clínicas psiquiátricas alrededor del mundo. Eso, a pesar de que en 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió eliminar la homosexualidad del listado de enfermedades psiquiátricas.
Enfermedad o delito en muchos países
Basta mirar los diarios para encontrar cada día noticias en las que los homosexuales son vejados, encerrados, insultados o agredidos. Gran parte de la sociedad y muchos gobiernos fomentan el odio a la comunidad LGTBI.
La homosexualidad era considerada como una alteración de la conducta. Durante el siglo XX muchos profesionales consideraban que se podía curar a lesbianas y gais. Los especialistas utilizaban terapias avaladas por manuales de medicina. Los avances en psiquiatría y psicología consiguieron erradicar esta idea, aunque no en todo el mundo.
En algunos países como China o Ecuador, se sabe que existen clínicas para tratar la homosexualidad. En otros, se busca solución a través la la religión. Incluso en España es fácil encontrar libros para curar la homosexualidad. Hasta esos centros llegan muchas personas, la mayor parte de veces en contra de su voluntad.
No olvidemos que en muchos lugares la homosexualidad es delito. En China, por ejemplo, se consideró enfermedad mental hasta 2011, a pesar del dictamen de la OMS.
Qué hacen las clínicas para curar a lesbianas
Los prejuicios y la ignorancia hacen que muchas personas con un familiar homosexual piensen que está enfermo y traten de curarlo. La vergüenza que sienten acaba muchas veces con el internamiento en un centro para curar a lesbianas y gais.
Algunas de las mujeres y hombres que ha pasado por este tipo de centros han conseguido salir gracias al apoyo de amigos y de organizaciones en defensa de los derechos humanos. El relato de sus experiencias en clínicas para curar a lesbianas y gais pone los pelos de punta.
Desde medicamentos y tratamientos con electrochoque hasta violencia física que raya en la tortura, todo vale para convertirlos en heterosexuales.
En Ecuador, la fotógrafa Paola Paredes ha recreado en un trabajo fotográfico el testimonio de muchas mujeres que han pasado por estos centros de internamiento. “Until you change” (Hasta que cambies) es el proyecto con el que Paola quiere alertar sobre estas terapias de tortura que aún se siguen practicando.
En China, desde que la homosexualidad dejó de considerarse enfermedad, en 2011, prosperan las clínicas que ofrecen terapias de conversión. En 2014, tras la denuncia de un ciudadano, un tribunal de Pekín condenó a una clínica que practicaba tratamientos para «curar» la homosexualidad.
Sin embargo, muchos de estos centros continúan con sus prácticas, que incluyen electrochoques, camisas de fuerza, encierro y castración química. Y es que la actitud del gobierno y de la policía china está más cerca de la represión de la homosexualidad que de su aceptación.
La lista de casos podría ser interminable y los detalles, muy escabrosos. Pero no es ése el objetivo. Lo importante es que se conozca que está pasando para tomar conciencia y poner fin.
«Algunas» personas homosexuales, o que sienten la tendencia pero la rechazan, se pueden curar. Es sabido por muchas personas que un abuso en la infancia puede generar conductas homosexuales (y de todo tipo). Con un tratamiento psicopedagogico, sin tener nada que ver con las tecnicas inhumanas de Ecuador, se puede conseguir que dichas personas superen sus experiencias traumaticas, y vuelvan a ser quienes ellos realmente eran, antes del trauma. Y que sean mas felices, que es de lo que se trata. Sin obligar a nadie y siempre con la colaboracion de la persona afectada, pero hay que conseguir que estos tratamientos tengan viabilidad y esten disponibles en la sociedad para quien los necesite.