Los modelos de pareja han cambiado mucho en los últimos tiempos y las relaciones abiertas son una forma de relacionarse que cada vez gana más adeptos. Es un tipo de relación amorosa que está comenzando a llamar la atención de muchas personas, incluyendo las lesbianas. Aunque por lo general, son las parejas heterosexuales las que más se animan a abrir su pareja. Las relaciones lésbicas tienden a apostar más por la monogamia y la fidelidad, pero las nuevas generaciones también están apostando por nuevos modelos relacionales. Hay quien asegura que este tipo de relación será más frecuente que las monógamas en un futuro no muy lejano.

La monogamia no es tan habitual


En realidad la monogamia no está siempre vinculada a la religión católica. Pero es verdad que el éxito y la aceptación de este tipo de relación como opción única llegó de la mano de este credo. La tradición cristiana ha conseguido que aceptemos como algo natural, un modelo de pareja que ni siquiera es tan común en el mundo. Al analizar otras culturas, empezando por las sociedades paganas del pasado, nos damos cuenta de que la visión que se tenía de la sexualidad y la pareja era completamente diferente. En la antigua Roma solo se consideraba infidelidad el mantener relaciones con otra persona de igual estatus. Si se mantenía sexo con alguien de clase inferior, no se entendía como infidelidad (posiblemente porque a las clases inferiores ni siquiera las consideraban personas, pero ese es otro tema). En tribus como la de los Mosuo, el concepto de matrimonio no existe, y las relaciones son libres, abiertas y sin ataduras. Es una de las sociedades más pacíficas del mundo. ¿Será que la monogamia está relacionada con la posesión, y la posesión genera conflicto? Ahí queda la reflexión.

Relaciones abiertas, celos e infidelidad

El caso es que actualmente la monogamia es la norma, se exige, se espera y se sobreentiende. Pocas personas se cuestionan si este modelo es el mejor, a pesar de que los fracasos en las relaciones son constantes. Propuestas como las relaciones abiertas, o el poliamor, se rechazan categóricamente como algo impensable.
Sin embargo hay personas que intentan otras opciones y deciden probar otros modelos de relación. El problema es que hemos asumido tanto la idea de la exclusividad, que la amenaza de los celos sigue empañando cualquier relación, aunque curiosamente también están relacionados con el amor romántico y monógamo clásico.

De lo que no cabe duda es de que las relaciones cerradas no siempre funcionan. De hecho pocas veces funcionan, ya que muchas personas no son capaces de adaptarse a la monogamia y tarde o temprano terminan siendo infieles. Algunos estudios apuntan a que un 30% de la población es infiel. Y esos son los datos de las personas que no reconocen. Al fin y al cabo, es natural tener deseo hacia otras personas, o querer crear lazos especiales con gente que nos aportan cosas distintas a lo que nos aporta nuestra pareja. Eso sí, si alguien siente que no puede ser feliz en una relación monógama, debería dejarlo claro desde el principio y tratar de buscar personas que apuesten por un modelo de relaciones abiertas.

Por el momento no hay datos sobre las parejas lesbianas que han optado por relaciones abiertas. Cuéntanos tu opinión y tu experiencia. ¿Has estado alguna vez en una relación abierta o poliamorosa? ¿O eres monógama a muerte? ¡Te leemos!